En cada país en Latinoamérica se ha hecho un gran esfuerzo para desarrollar un excelente programa de capacitación teológica a nivel de iglesia local, institutos bíblicos y cursos avanzados como ISUM y FACULTAD. Estas instituciones hacen un trabajo formidable para preparar obreros.

La gran intención es tener pastores de alto nivel para la obra nacional.  Aún los cursos avanzados de misionología tienen un enfoque en cómo una iglesia apoya las misiones locales y transculturales. Pero lamentablemente quedamos corto en capacitar a misioneros que tienen un llamado de llevar las buenas nuevas a otras culturas. Es allí la gran importancia de tener centros de capacitación o academias que den una especialización o enfoque específico en preparar a los obreros transculturales.

Nuestro propósito de capacitar a misioneros no es que sepan enseñar a personas en China o África cómo hacer baleadas o tapado olanchano, que es comida hondureña (bueno si se ofrece la oportunidad, no hay que desperdiciarla) sino presentar un evangelio netamente bíblico que sea relevante y adaptado al contexto del lugar donde se llega sin diluir los principios bíblicos. Es fácil decirlo, pero muy complicado hacerlo. Entre más el obrero recibe capacitación, sensibilización a su propia cultura y a la cultura anfitriona, antes y a lo largo de su carrera misionera, más posibilidades hay de que esa preciosa semilla caiga en buena tierra.

La Antropología Cultural, Comunicación Transcultural, Aprendizaje de Idiomas y otras materias darán buenas herramientas para que los obreros transculturales tengan todo lo necesario para la obra. Es menester que la obra nacional valore e impulse las Academias Misioneras y así tener obreros transculturales enteramente preparados para toda buena obra en otras culturas.

 ¡Que Dios bendiga y use el gran esfuerzo misionero hondureño hasta lo último de la tierra!

 

David Woodworth 
Director de AGWM LAC para el Área Andina de Sur América

 

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