Educación y Misiones

Todos alguna vez vimos programas televisivos sobre superhéroes, Batman, Superman, la mujer maravilla, linterna verde, entre otros. Cada uno de ellos era especial por sus súper poderes y cada uno de ellos tenía un espacio exclusivo en la televisión, pero como bien se ha dicho…la unión hace la fuerza…llegó la LIGA DE LA JUSTICIA, un programa donde todos estos y más héroes trabajan unidos en contra de la maldad.

La Biblia nos enseña en Mateo 28:19 y 20, que la proclamación del evangelio y la extensión del Reino de Dios va LIGADA a la enseñanza, no se puede hacer una cosa sin dejar de hacer la otra, ambas están estrechamente UNIDAS… id, y haced discípulos a todas las naciones…enseñándoles…
Nuestro mandato es explícito, no tiene sombra de variación; No podríamos imaginar a las multitudes solamente reconociendo a Jesucristo como Salvador, esa es la parte de la proclamación, también deben reconocerlo como Señor, y es ahí donde interviene la educación, en este caso particular, la educación cristiana.

No sabría mencionar cuantos proyectos misioneros educativos existen a nivel mundial, pero si destacaría que todo proyecto misionero siempre se apoya en la educación; evangelizamos y enseñamos doctrina; ayudamos a través de brigadas médicas y enseñamos sobre cuidar nuestro cuerpo; protegemos a los niños y les enseñamos sobre su amigo Jesús; llevamos alimento junto con la Palabra de Dios. Donde quiera que la practica misionera llegue también llega la acción educativa en todos los sentidos, pues ahora es imperativo tener un conocimiento intelectual o técnico para poder entrar a lugares donde no te puedes llamar misionero o pastor. Esto sin dejar atrás el conocimiento bíblico que en nuestra manera de vivir es una carta de presentación.

Conectemos y enfaticemos a la educación cristiana o secular en todo lo que llamamos “misiones”, ya que ambas nos abren espacios para extender Su Reino y llevar alivio espiritual y renovación de mentes a muchos.
Creo, sin temor a equivocarme que la satisfacción de un misionero es poder ver sus frutos multiplicándose en otros. He sido testigo de eso, conociendo de cerca a varios misioneros y siendo misionera ahora; el que tu pasión pueda transcender en el tiempo es más que una recompensa que te impulsa a seguir avanzando.

Quizás no todos los misioneros son maestros, pero siempre hay una manera de enseñar a otros; la demostración, es una de ellas. Donde vayamos la gente debe ver en nosotros la imagen de Jesús y desear imitar de manera saludable las buenas obras que El preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. (Efesios 2:10).

Cuánto podemos hacer, cuánto podemos lograr, cuánto podemos ofrecer, cuánto podemos dar, cuánto podemos enseñar; mucho.

Hagamos de las misiones y la educación una LIGA DE LA JUSTICIA DIVINA, que ayude a transformar y capacitar a un mundo que necesita derrotar a diario la maldad.

Karina Sandoval          
Directora Nacional AMAD-HN